miércoles, 29 de septiembre de 2004

El perdón estatal

Se podrían aducir muchos argumentos para poner en su justo sitio las excentrecidades de estos totalitarios de libro. Pero tan sólo uno es más que suficiente: el perdón, como la falta primero, sólo puede ser individual. Un Estado no se disculpa contra otra colectividad.
Sinceramente, ¡qué desazón me inunda al comprobar que algo tan evidente no es comprensible aún para la mayoría!

Por cierto, Sr Rovireche, una preguntilla nada más. ¿Mi tío abuelo republicano, españolazo él, ha de disculparse con los miembros fascistas, aunque muy catalanes ellos, de su familia? ¿O mi tío abuelo, por ser asturiano y considerarse español, es automáticamente un fascista y sus familiares unos inocentes demócratas defensores de la legalidad republicana? , deje. No conteste.

domingo, 26 de septiembre de 2004

Sigue sin enterarse

Cada día parecen más evidentes los motivos que llevaron a Camacho a dejar el banquillo de su Real Madrid. Y cada día es más obvia la obsesión de algunos por no verlos. No será porque no tiene compañeros que los conocen perfectamente...

Los que tenemos ojos, hemos podido ver ayer a unos cuantos jugadores merengues riéndose alegremente en el banquillo mientras sus compañeros hacían una vez más el ridículo en el campo. Indolencia en el terreno de juego y cachondeo e indiferencia en el banquillo. Y dice este escribidor que "el Real Madrid Club de Fútbol seguirá teniendo una identidad indestructible, una personalidad a prueba de 'bombas deportivas' como la que, sin ir más lejos, activara hace tan sólo unos días José Antonio Camacho." No, amigo. No forma parte de la identidad del Real Madrid ese espectáculo lamentable y sí forma parte el espíritu que pretendió insuflar Camacho sin éxito. De ahí la incompatiblidad. Pero sigue usted sin enterarse de nada.

Es curiosa esa obsesión que les ha entrado a todos los periodistas con Del Bosque, cuando en su momento se aducía (con mucha razón) que aquel era un equipo nada trabajado tácticamente. Bien es cierto que ahora no tenemos ni la bendita anarquía de entonces. Pero la culpa será de Camacho, que a este paso cargará (junto con Aznar) con todos los males de este mundo.

jueves, 23 de septiembre de 2004

Rothbard, ¿un reaccionario?

El doctor Miguel Anxo Bastos Boubeta, profesor de Políticas Públicas (sic) en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Santiago de Compostela, es un reconocido paleolibertario cuya labor divulgativa, aunque muy centrada en ese ámbito académico, es digna de alabanza. Yo he tenido la inmensa fortuna de disfrutar de ella en varias ocasiones, y soy deudor de sus atinadas reflexiones. ¡Aún hay esperanza en la Universidad!

Hace unos días me ha hecho llegar un interesantísimo artículo que ha escrito sobre el pensamiento político de Murray Rothbard. Ya el título, Un reaccionario radical: El pensamiento político de Murray N. Rothbard, es tremendamente sugerente, como no podía ser menos. Está publicado en la Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas (RIPS), pero lamentablemente aún no está disponible en su página web. Así que lo comentaremos en breve. Merece la pena.

miércoles, 22 de septiembre de 2004

Si lo sabrá él

Dice el ejemplar demócrata y excelso académico de la otrora señorial RAE, que Aznar "presionó a los medios como no se recuerda desde el franquismo, con amenazas, extorsiones y al final perdió, de forma que lo de la influencia de los medios no es algo tan definitivo".

Hágamosle caso. Quien mejor que él para conocer las presiones franquistas a los medios, cuando fue parte activa de ello, por mucho que ahora se fabrique una biografía alternativa. Quien mejor que él para saber de extorsión a periodistas (el vídeo de Pedro J.), de la influencia de los medios y los favores del poder. Y todavía se queja de Aznar, el muy desagradecido...

Tirón de orejas

A través de una amiga común, el Dr. Rodríguez, miembro del Comité Directivo del movimiento libertario Resistencia Civil y director de 3erPolo, se pone en contacto conmigo. Me dirige unas amables palabras que le agradezco mucho, entre otras cosas porque las considero exageradas. Pero también me lanza un reproche, que acepto en cuanto que le asiste gran parte de razón.

Es cierto que somos muchos los que citamos continuamente a fuentes académicas, sean éstas instituciones como el Mises Institute, el Cato, etc.; sean profesores y teóricos como Huerta de Soto o los grandes maestros directamente, como Hayek, Mises, Rothbard, etc.

Como es cierto que obviamos demasiado a los políticos netamente libertarios que se esfuerzan en distintas partes del mundo por poner en práctica una política del individuo y no del Estado como protagonista, centrando nuestro análisis en los poquitos liberales que hay en los partidos tradicionales.

En la necesaria división del trabajo, ellos son un activo muy importante. Por lo pronto, yo he comenzado a preocuparme un poco más de nuestros amigos venezolanos, que han tenido algún problemilla últimamente, por cierto. Y dado que hay elecciones próximamente en EE.UU., tampoco conviene olvidar a quien más cercano nos es.

Un madridista asqueado

Tenía pensado escribir sobre otras cosas en mi regreso a la actividad bloggeril, pero no puedo evitar hacerlo sobre lo que ha acontecido en el Real Madrid. Y es que este equipo de fútbol, junto con el guaje Alonso, es mi vía de escape. Sentarme frente al televisor (y no digamos ya asistir en directo) para disfrutar (y sufrir) con unos individuos dando patadas a un balón o un chaval asturiano pilotando un coche a una velocidad vertiginosa, me produce una sensación sólo comprensible para quien la comparta. Pero no pretendo explicar hoy eso aquí.

En una empresa, por pequeña que ésta sea, las funciones han de estar delimitadas de forma meridiana, o es absolutamente imposible que funcione, como todos los que hemos trabajado con grupos humanos sabemos muy bien. Que un trabajador (Zidane, Roberto Carlos...) no esté contento con los métodos de su superior inmediato (Camacho), es relativamente habitual, especialmente cuando se le pide algo que no está acostumbrado a hacer (obedecer), creyendo así que ya ha adquirido un derecho que se le está arrebatando. La labor de un responsable (Camacho) es hacer que profesionales (Zidane, Roberto Carlos...) considerados rentables para la empresa (Real Madrid) sepan entenderle, y coordinar ese equipo de trabajo para que funcione. Claro que para eso, es necesario que tenga la autoridad suficiente para ello, que se la ha de conceder su superior (Florentino Pérez). Y Camacho no la tenía desde el momento que Florentino Pérez permite que se salte la cadena de mando (ahorremos las demagógicas apelaciones al militarismo) al tolerar las quejas de alguno de los funcionarios merengues sin dirigirles directamente a su delegado, que es (debería ser) Camacho. No se trata pues, como cínicamente nos cuenta Juan Manuel Rodríguez, de que nos den amor en nuestro trabajo, sino de que se respete nuestra función, para la que se nos ha contratado. Los que piden amor son precisamente los magnificados futbolistas, a los que les cuesta cumplir con su obligación.
Tampoco parece que Florentino quisiese "un profesional que condujese con conocimientos futbolísticos y mano izquierda un vestuario tan complicado como debe ser ése", como mantiene el citado periodista. Porque tiene una curiosa manera de demostrarlo, de ser cierto que le recrimina, en aras de la rentabilidad económica, que deje a un señor en el banquillo, con las consiguiente quejas de los patrocinadores. Y porque es suficientemente sabido que lo de Camacho no es "la mano izquierda". Si quiere técnicos de "perfil bajo" que cedan a los caprichitos de sus "galácticos", y a los deseos extra-futbolísticos que colisionan con los intereses meramente deportivos, Camacho no era el indicado.
No es cierto en absoluto que "en el Real Madrid de los 70 mandaba él [Camacho], y en el de 2004 manda Zinedine Zidane." Tanto antes como ahora mandan los presidentes, pero el de antes se llamaba Santiago Bernabéu y el de ahora Florentino Pérez. Y el de antes, no consentía depende qué cosas.

Ante todo esto, tenemos a un responsable de sección (Camacho) que se ve incapaz de hacer funcionar a un equipo de trabajo (jugadores) y además tampoco se ve suficientemente respaldado para tomar las medidas oportunas. Y decide irse. Yo a esto, por lo pronto, lo califico de actitud integra y honesta. No me sirve el tan manido argumento de "ya sabía dónde se metía". Quizás, pero a la vista de los acontecimientos se va, renunciando a un suculento contrato. ¿Algún futbolista ha decidido irse ante las desavenencias con su técnico, renunciando a su contrato? ¿Acaso el presidente ha dimitido? Porque parece claro que se equivocó, bien en la elección de entrenador, bien en la elección de los jugadores, bien en la no distribucción de papeles.

A propósito y ya que hablábamos de sentimientos. El Real Madrid no fue elegido mejor club del mundo del siglo pasado gracias a un "jugador calvito que agarra el melón que le viene por el aire y lo clava en la escuadra." Ni aunque así fuese, eso le confiere derecho a no seguir las indicaciones de su técnico. ¿Qué hacía Camacho ese día, Sr. Rodríguez? Disfrutar de la victoria de un equipo al que siempre se ha sentido unido, no como el "calvito". Y eso lo tenemos claro muchos madridistas. Mientras no lo tenga usted, seguirá sin entender nada.

martes, 7 de septiembre de 2004

El gavilán en su nido

Definamos Gavilán, vía Google: El rápido Gavilán se basa en el ataque por sorpresa como técnica de caza. Vuela rápidamente a lo largo de un soto y, de repente, se lanza hacia arriba para caer sobre un confiado grupo de fringílidos, atrapa una víctima y sigue su vuelo. Si la presa escapa, la rapaz raramente intenta otro ataque.

Definamos Gavela, por sus propios actos, dado que esta variante raramente cesa en el ataque: "Lo que la SER hace es información".

Olvidando lo que se decía desde el A-nido: "La poquita dignidad que le quedaba al director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, se ha quedado sin ella... Este señor, que se ha quitado ya ese corsé rojo con el que ataba lo poquito que le quedaba de dignidad. Que anda con las vergüenzas al aire...".

viernes, 3 de septiembre de 2004

Derecho a morir

Sobre la eutanasia hay diversas posturas, incluso entre los propios liberales. Yo he manifestado ya en otras ocasiones mi claro posicionamiento al respecto. El derecho a la vida (a la autopropiedad, al fin y al cabo) no es factible si se restringe la capacidad de acabar con ella.

Pues bien. Nuestro talantoso presidente y sus cuates acudieron al estreno de la última película de Amenábar, Mar Adentro, basada en la lucha que el tetrapléjico Ramón Sampedro mantuvo para que le pudiesen ayudar a morir, sin que ello ocasionase responsabilidades a quien lo hiciese, más allá de las morales.

Al margen de lo curioso del acontecimiento, ya narrado por Castielero, es destacable la argumentación del insigne ZP. Expresa su deseo de "apoyar al cine español y, cuando se trata de apoyar un problema humano de este entidad, mucho más", pero cuando se le requiere por el "problema humano de esta entidad", escurre el bulto con un "vamos a hablar de cine".

Por su parte, Bono dice sentirse solidario y no inquisidor, pero los hechos no lo corroboran. Lo inquisitorial en este caso, es la condena a vivir. Y Caldera asevera, sin sonrojo aparente, que "el asunto compete a todo el Gobierno y a la sociedad en general". No, señor burócrata; el asunto compete al individuo, no al liberticida leviatán y sus seguidores.