miércoles, 29 de septiembre de 2004

El perdón estatal

Se podrían aducir muchos argumentos para poner en su justo sitio las excentrecidades de estos totalitarios de libro. Pero tan sólo uno es más que suficiente: el perdón, como la falta primero, sólo puede ser individual. Un Estado no se disculpa contra otra colectividad.
Sinceramente, ¡qué desazón me inunda al comprobar que algo tan evidente no es comprensible aún para la mayoría!

Por cierto, Sr Rovireche, una preguntilla nada más. ¿Mi tío abuelo republicano, españolazo él, ha de disculparse con los miembros fascistas, aunque muy catalanes ellos, de su familia? ¿O mi tío abuelo, por ser asturiano y considerarse español, es automáticamente un fascista y sus familiares unos inocentes demócratas defensores de la legalidad republicana? , deje. No conteste.

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