lunes, 25 de abril de 2005

Desde el ateísmo católico

Gustavo Bueno siempre me ha parecido el razonamiento hecho persona. Aunque se discrepe de él, es difícil no admirar su capacidad discursiva.

Ayer le entrevistaba en La Nueva España Javier Neira, genial periodista asturiano y liberal, con motivo de la elección del nuevo Papa, Benedicto XVI.(A propósito, para los que estamos obsesionados con la corrección lingüística, resulta muy interesante esta aclaración a cargo de García de la Concha).

Conviene leerse todo el diálogo que han mantenido el maestro Bueno y el gran Neira, porque no tiene desperdicio.

Así, nos encontramos con una faceta habitual en Bueno: Siempre pone en situación su respuesta. Especialmente destacable es su explicación de la frase "estar en Babia", para que se entienda bien su respuesta.

Aclara que las críticas de Ratzinger hacia la mal llamada teología de la liberación y hacia otros teólogos díscolos eran "doctrinales" en cumplimiento de su función.

Pero especialmente llamativa es su apreciación sobre las reacciones ante el nuevo Papa, con la que no puedo estar más de acuerdo.

Finaliza de manera antológica:

"Me siento incapaz de opinar de la Iglesia. Culturalmente aprecio el catolicismo. Soy ateo católico que no es lo mismo que ser ateo musulmán. Los católicos son aliados míos en muchas cosas contra terceros. El catolicismo es derecho romano más filosofía griega. Es nuestra tradición."

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