Conozco a los sacerdotes y sociólogos José Ramón Álvarez y José Manuel Parrilla, y reconozco que no me suele gustar el tufo político que desprenden casi todos sus informes. Y no me agrada porque siempre he defendido que la Iglesia ha de orientarnos moralmente a los fieles, no (intentar) adoctrinarnos políticamente (por supuesto, siempre encontramos las referencias habituales al neoliberalismo y tal).
Pues bien, en su último informe hablan sobre los fondos mineros y sobre el plan del carbón que actualmente se “negocia”. Y lejos de criticar o matizar lo que estimen oportuno, en el PSOE asturiano toman el testigo de sus hermanos y primos censores y arremeten contra la Iglesia.
Así en Asturias como en Madrid o Barcelona. Amén.
viernes, 4 de noviembre de 2005
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