miércoles, 7 de julio de 2004

Libertad, ¿para qué?

Iba a comenzar hablando de la famosa parida de la paridad, pero me temo que esa no es la cuestión, pues cumple la Sra. Calvo con lo que se espera de un buen socialista: el pavor al dinamismo que caracteriza a un mercado libre. Y si además es un buen socialista español, ha de rendirle pleitesía a Polankone y cuidar de sus negocios. Así pues:

"Los libros no pueden estar en el mercado como si fueran zapatos, ni entrar en competición de precios"

Claro que no. Para esto están los serviles / ungidos; ellos deciden desde su peana el precio que han de tener, pues saben lo que le conviene al individuo. ¿Por qué no también...? No, mejor me callo. No es cuestión de darles ideas. Y de paso, cuidamos el negocio del presidente del PRISOE. ¿Qué criterios seguirá esta ilustrísima liberticida para el establecimiento de "un precio fijo", como es su deseo? Esperaremos a que un editorial nos saque de dudas.

En fin, "producto puro y duro", "criterios de excepcionalidad", "tratamiento de especificidad", "fines culturales"... Terminología ya muy conocida. Aunque ahora se hace todo con buen talente, eso sí.

3 comentarios:

El Salmantino dijo...

Pues ellos mismos lo dicen clarito: quieren más regulaciones. Porque quieren más dinero. Y como no se creen capaces de saciar necesidades ajenas por sus propios medios, piden coacción mediante el recurso de la sacrosanta cultura. Son una panda de liberticidas sin más, por muchas caretas que se pongan.

Un saludo, Castielero.-

Roberto Iza Valdés dijo...
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